Tehuelche - Antropomorfos
Caviglia (2002) destaca el uso recurrente de antropomorfos estilizados en la decoración de quillangos y cueros, para los cuales sugiere una fuente inspirativa muy antigua correspondientes del arte parietal.
Sostiene este autor que en la iconografía tehuelche, es posible distinguir dos motivos guía: el rombo escalonado y el llamado “antropomorfo” en X escalonada. Ambos motivos derivan de desarrollos que toman como base la cruz simple o el ajedrezado, en el que la cruz se origina automáticamente, por reversión del fondo. Estas figuras pueden tomar a préstamo unidades de los diseños vecinos. Las escaleras de un palo forman, sobre la base de estos préstamos recíprocos, sucesiones de cruces; las hileras de cruces originan, a su vez, rombos escalonados.
Los desarrollos adecuadamente extensos de la cruz simple originan, como consecuencia del efecto visual de reversión de fondo y figura, dos tipos de antropomorfos desprovistos de cabeza: el “hombre lagartija” y un “antropomorfo” con brazos alzados acodados.
Poco se conoce acerca del significado del repertorio iconográfico de estas comunidades. Es de destacar que la mayoría de estas representaciones provienen de los mantos de cuero, para los cuales, muchos informantes han señalado que algunos de los motivos responden a linajes familiares; también hay dibujos para el cacique, para el anciano, el varón y la mujer, para las viudas, la gente joven, los casados, solteros, etc.
Casamiquela (2002), basado en los estudios de Siffredi (1969) señala que en la cosmovisión de los Tehuelches se viven estados de conciencia alternos en donde los sueños, los mitos y ritos son parte indisoluble y fundamental para sus vidas. Esto se refleja en toda su cultura y muy especialmente en ciertas actividades relacionadas con su poética y su arte en general: las capas pintadas, las pinturas rupestres, las placas grabadas, las canciones. Los símbolos tehuelches son complejos y presentan muchos niveles de comprensión y profundidad. La realidad física posee para estos pueblos una potencia sagrada y los gualichos y otros seres se manifiestan y envían mensajes a través de animales, plantas, elementos y de los espacios geográficos. Al respecto, Siffredi (1969) resalta que la vida terrestre para este pueblo siempre acompaña a la celeste. Al nacer un niño nace con él su estrella, esta crece junto al niño y cuando muere esta declina a través de las estrellas fugaces. Del mismo modo al nacer, el niño o niña es envuelto en un cuero de guanaco y se le impone el nombre y su canción sobre un cuero pintado, al morir el tehuelche es envuelto en una capa pintada. Este hecho pone de relieve la importancia simbólica de los mantos pintados.
Alejandro Eduardo Fiadone. 500 diseños Precolombinos de la Argentina. Editorial: La marca editora.
Irene Albuerne - Vilma Díaz y Zárate. Diseños Indígenas Argentinos. Editorial: Emecé.