Dentro de la cerámica de estilo Condorhuasi se crearon figuras antropomorfas finamente modeladas, que representan individuos en distintas posiciones, sentados, parados o de bruces. En general, la boca de la vasija se abre sobre la cabeza del personaje; sus piernas son abultadas, aunque también existen piezas ápodas; los brazos suelen ser sumamente delgados y pueden estar flexionados contra el pecho o apoyados sobre la cintura, excepto en las piezas en posición de gatear, que se encuentran extendidos. En algunos casos hay indicaciones de género mediante la representación de genitales o pezones.
Los rostros están modelados con la indicación de boca, nariz, ojos y orejas.
Estas cerámicas han sido recubiertas de un engobe rojo muy pulido sobre el que se aplicaron dibujos en negro y blanco.
Sobre sus cabezas, estos personajes llevan adornos formados por picos pintados sobre el cuello de la vasija, que culminan en la boca del recipiente. Las caras presentan dibujos o tatuajes faciales aserrados de trazos blancos. En muchos casos hay dos hoyuelos circulares bordeados de blanco y franjas negras sobre el mentón. En algunos casos presentan también narigueras pintadas.
Sobre los cuerpos se han dibujado motivos geométricos que indican el uso de vestimentas y collares.
Hay otras formas más esquemáticas, en las que el cuerpo no ha sido completamente formado y los rasgos antropomorfos se presentan fundamentalmente en el modelado del rostro y algunas otras características formales. Estas piezas también están decoradas con motivos geométricos negros y/o blancos sobre baño rojo pulido.