Otro motivo presente en la iconografía de la cerámica santamariana corresponde a la imagen del jaguar/felino. Es importante destacar algunos puntos con respecto a esta figura. Por un lado, estas imágenes están basadas en un modo de representación diferente a aquellas previas plasmadas en el estilo Aguada, ya que están combinadas con otros animales como el suri o la llama. Por este motivo, lo hemos incluido dentro de la categoría “animales fantásticos” ya que presentan características de más de un animal, aunque en cualquier caso, la relevancia está dada por la presencia indiscutible de los atributos característicos del jaguar: las manchas del pelaje, las garras, las fauces y la cola.
De hecho, el jaguar pintado que vemos en las urnas y pucos Santa María es en realidad una combinación de al menos dos especies, suri y jaguar, llama y jaguar o bien suri, llama y jaguar. En la representación de ciertos suris se pueden distinguir efectivamente que algunos presentan tres, cuatro o más dedos, incluso algunos presentan cuatro patas.
La base de estos motivos es sin duda el suri, pero la novedad es que a la representación de algunos de estos animales se le incorporan rasgos felínicos: manchas de jaguar, fauces, garras, orejas y cola (enroscada o doblada hacia arriba). Aunque cabe mencionar que la representación del suri propiamente dicho no se abandona
Por otro lado, es de destacar el hecho de que estas imágenes desaparecen del repertorio iconográfico de las sociedades precolombinas del Período Tardío del NOA (aproximadamente desde el siglo X d.C.) y reaparece unos cuatrocientos años más tarde, hacia los momentos finales de dicho período asociados a la ocupación incaica de la región.