En Latinoamérica, el concepto de descolonización envuelve la búsqueda por reconstruir una identidad cultural que se escape de la racionalidad occidental en la forma de ver y entender el mundo: blanco, masculino, católico y eurocéntrico.
El pasado 12 de octubre celebramos un ejemplo de ese proceso de deconstrucción. En 2010 el hasta entonces llamado "Día de la raza" -fecha del "descubrimiento" de un continente donde se produjo el "encuentro" entre dos culturas- cambió su sentido y se constituyó como el "Día del Respeto a la Diversidad Cultural Americana".  Con ese hito se consolidó una victoria en la lucha de nuestros pueblos originarios y nos permitió alzar la voz para decir abiertamente que no hubo descubrimiento pues el continente existía antes la llegada de Colón y que no se trató de un encuentro sino de la persecusión, sumisión y exterminio de las culturas originarias del continente.
La voz colonialista sin embargo está presente en muchos espacios de nuestra cultura. Es necesario hacer un ejercicio continuo para seguir descolonizando nuestros saberes y nuestras prácticas.

En el Taller de Tecnologías del TejidO que brindamos en Programa Abrigo desde 2007 hacemos un trabajo por de-construir una de las piezas más relevantes en la historia de las nuevas tecnologías: las pantallas. Lo hacemos a partir de la enseñanza del telar como la tecnología que es génesis de la pantalla contemporánea. Enseñamos a producir imágenes en un tejido en telar, primero en lana gruesa y luego con lanas más finas. Vemos ejemplos de textiles con dibujos de muy alta definición (por el uso de hilado muy fino y la combinación de múltiples cuadros en el telar) y desde allí desarmamos la pantalla. Podemos identificar con les tejedores cómo lo que en un telar llamamos punto en la pantalla es un pixel. Por su forma cuadrada y su ubicación en una matriz, la acumulación -de puntos o píxeles- permite la formación de imágenes cuyos bordes son siempre escalonados (aún si nuestro ojo no lo percibe). Entonces los telares de nuestros ancestros recobran un valor en la historia de las tecnologías y nos permite pensar la gran cantidad de conocimiento y saberes tantas veces desestimados que podemos encontrar en las culturas Americanas pre existentes a la colonización.