Latin Latas es un grupo de luthiers urbanos, músicos y educadores. Crean e interpretan música con instrumentos musicales hechos con descartes.

Cuando escuché su música y leí acerca de su trabajo decidí contactarles. Así conocí a Andrea DeFrancisco, directora de Latin Latas , quien me contó más detalles acerca de su trabajo y su mirada frente a la reutilización de los descartes.

- ¿Cómo es el proceso de creación de un nuevo instrumento? inspiración? planificación?

​​El proceso de creación de los instrumentos nace de dos maneras. La primera de una necesidad musical, cuando queremos experimentar en un género en específico. Si queremos, por ejemplo hacer cumbia y música colombiana, pues nos decidimos a desarrollar los instrumentos de este género que hacen parte de ese él, como la Tambora, la gaita, la maraca, la guacharaca. Dependiendo del género musical nace el instrumento. Entonces buscamos cómo funcionan, qué materiales, qué color, qué tono tiene. Y empezamos a experimentar con diferentes materias primas de objetos en desuso o de residuos sólidos.

La otra manera es desde un objeto que encontramos que nos gusta. Lo que nos caracteriza con las Latin Latas es que le damos mucho valor al objeto. Buscamos que nuestros instrumentos tengan un objeto bonito, interesante, un objeto encontrado que se pueda acomodar a algún instrumento o empezar a estudiar con él hasta que veamos en él que se le puede adaptar. Si se convierte en una Kalimba, si se convierte en un objeto para hacer algún tipo de sintetizador o alguna cosa electrónica, algún experimento. También el objeto puede tener un mensaje que queremos enviar, como por ejemplo nuestro Hoponoponófono que es una lata de corazón que en un país como Colombia, donde vivimos en un conflicto armado desde hace 60 años, es nuestro mensaje de perdón para poder encontrar un camino hacia la paz y acabar con esta absurda guerra.

- ¿Cómo se desarrollan los instrumentos que son electrónicos?

Los instrumentos electrónicos han sido mucho más difíciles. Hemos tenido que estudiar sobre circuitos, sintetizadores, chips, toda esa parte de tecnología. Para empezar a experimentar, investigar con residuos electrónicos: qué hay adentro? qué de ahí nos puede servir? qué pasa si conectamos esto a una salida de audio? Qué pasa si tomamos un parlante de un residuo electrónico y lo convertimos en un micrófono. Entonces lo primero fue estudiar un poco de electrónica para experimentar en nuestro laboratorio, un espacio-taller donde estamos todo el tiempo experimentando.

- ¿Cómo es el vínculo de los niños y jóvenes con la propuesta de hacer instrumentos propios?

El vínculo con los niños y los jóvenes en la propuesta de que desarrollen sus instrumentos es nuestro sello y lo que caracteriza también al Latín Latas. Yo sé que hay varios grupos que tocan con instrumentos reciclados y que tienen cada uno una intención diferente. Hay grupos que tienen una intención musical de experimentación sonora, de hacer música diferente. Hay grupos que les gusta hacer instrumentos y hacer canciones tratando o no en ellas de temas ambientales. Hay otros proyectos, como la orquesta Instrumentos reciclados de Categora, donde hay un luthier que les hace los instrumentos con reciclaje a los niños que viven al lado de un relleno sanitario. Entonces los niños tocan con esos instrumentos, pero no los hacen ellos mismos.

Con Latin Latas durante estos diez años hemos desarrollado experiencias con la intención de que las personas entiendan que la basura es materia prima y empiecen a relacionarse de otra manera con sus residuos. Que puedan hacerse responsables de lo que consumen y entender qué todo eso lo generamos nosotros también al decidir comprarlo. Tenemos que hacernos responsables.

Esa es nuestra magia y donde encontramos la manera de sensibilizar para poder preservar la vida de la Tierra. Entonces es muy importante que los niños con sus propias manos puedan crear, porque si ellos en una lata, en una botella, en lugar de ver basura ven oportunidades, ven creatividad, vamos a tener niños que tengan una conciencia diferente frente a lo que consumen y a esa responsabilidad que tienen frente a eso. Desde una propuesta propositiva, desde una manera de educar innovadora, esperanzadora e inspiradora, que es la manera en la que realmente vamos a poder conectarlos con este movimiento ambientalista.

Y paralelo a eso también es una solución. Hace más de 10 años yo trabajaba en un proyecto en donde no había dinero para comprar instrumentos musicales. La gran mayoría de niños y niñas en este mundo no pueden comprar instrumentos musicales, en nuestro país menos aún. Colombia es en este momento el segundo país más desigual de Latinoamérica, para los niños que no tienen ni con qué comer, no es una opción tener un instrumento musical.