Manos Mágicas
Mi mamá tiene manos mágicas. Suena a una oración de la escuela primaria para ejercitar la letra “m”, pero no, es cierto. Parece ser que todo comenzó cuando yo era una bebé y para calmarme, cuando estaba molesta, me masajeaba las manitos. Luego tuvieron que pasar unos cuantos años para que ella se haga cargo de ese especie de don, y empiece a tomar talleres, cursos y a ejercerlo como una profesión.
Tenemos un montón de puntos, distribuidos en meridianos, recorriendo nuestro cuerpo. Estos puntos conectan los diferentes sistemas del organismo y al estimularlos pueden reflejar un diagnóstico sobre un mal funcionamiento o molestia, o bien fortalecer y equilibrar el organismo, como forma preventiva. Así lo entiende la milenaria acupuntura china y la digitopuntura (Shiatsu, en japonés), que reemplaza las pequeñas agujas por presión digital. También está la reflexología, que encuentra en los pies y manos puntos reflejos de órganos y partes del cuerpo.
La medicina Ayurveda, que viene de la India y entiende al ser humano como una integración de cuerpo, mente y espíritu, para la práctica de masajes, toma conceptos de acupuntura y de física cuántica y, denomina como punto marma, al área de superficie del cuerpo que concentra energía.
Por otro lado existe el Reiki, donde el facilitador es un medio por el cual transfiere una energía universal a través de sus manos, que va colocando a lo largo del cuerpo de quien recibe, sin tocarlo.
Ya el Antiguo Testamento habla de imposición de manos por parte de los Apóstoles, para bendecir y sanar, entre otras cosas.
De forma preventiva y para algunas dolencias, nada más lindo que recibir unos buenos masajes en los pies, o en la espalda contracturada. Obviamente que todo esto es mucho más complejo y se estudia durante años y es aconsejable hacerse atender por una persona recomendada, de confianza, pero en épocas de aislamiento social podemos ejercitar un poco la intuición, conectar con esa sabiduría que todes llevamos dentro y brindarle a ese ser queride, que tenemos cerca, un poco de amor con el calor de nuestras manos.
Y volviendo a mi madre, aún hoy, a mis cuarenta años, cuándo me siento enferma, necesito recurrir a ella para que, aunque sea a la distancia, me envíe su energía mágica.
Imagen: bordado de Gabriela Fraga
Fuentes Bibliográficas:
Tsuguo Kagotani, Manual de Shiatsu digitoprensión, teoría, práctica y aplicación. Ed. Jims s.a
Clara Bianca Erede, Masaje zonal de los pies. Ed. Leorema