Las manos al juego
“Las manos son los símbolos y a veces revelaciones.”- Ève Bélisle
Las manos conforman un canal sensorial-comunicativo que nos incentiva a tocar, crear y explorar el mundo. Proveen de herramientas que están en constante aprendizaje; desde la infancia nos dan control al gatear, permiten conocer objetos desconocidos y acercan los primeros vínculos con otros cuerpos.
Con ellas manipulamos nuestro entorno y gran parte de nuestra expresividad. Solamente con prestar atención a las conversaciones notamos gestos, señales, numeraciones, mediciones y entendemos que “hablan” de forma clara. Además, forman un papel principal en lenguajes de señas para personas sordomudas o el lenguaje Braille para lxs no videntes.
Técnicas artísticas como el mimo, la danza, el teatro, o la expresión corporal, visibilizan su rol comunicativo, estudiado en profundidad, y su multiplicidad de interpretaciones o descripciones que se desprenden de su uso.
Así, comprobamos que las manos son herramientas que utilizan las representaciones para expresar y comunicar. Pensando en las posibilidades que nos dan las manos, aparece un juego tan antiguo como las personas, el “Teatro de Sombras”.
El Teatro de Sombras
Las cosas que se interponen a una fuente de luz dibujan claramente una silueta en una pared. Casi espontáneamente cuando las personas, en la oscuridad, se acercaron al fuego proyectaron una sombra. Con sus cuerpos empezaron a contar historias, nuestras manos, más cerca a esa fuente de luz tomaron mayor tamaño y nuevas posibilidades. Así nació una de las más antiguas representaciones teatrales “El teatro de sombras” o también llamado sombras chinescas.
En China, durante la dinastía Han (206 a.C. - 220 d.C.) y acompañadas por la creación del papel, el teatro de sombras ganó gran popularidad, tanto en el uso religioso como en el entretenimiento. Luego, con el paso del tiempo se fueron incluyendo diferentes elementos como títeres, figuras de papel, pantallas para ocultar a los intérpretes y demás efectos especiales. A fines del siglo XVIII llega a occidente a través de las rutas de evangelización, integrándose a compañías de entretenimiento que lograron difundir este arte por todo el continente.
Para poder acercarnos al conocimiento de sus figuras invitamos a todxs a participar de esta experiencia. Solo se necesitan 3 elementos:
- Una fuente de luz. Directa y unidireccional (Podemos usar lámpara o foco).
- Una pared o pantalla en la cual proyectar la sombra.
- Y nuestras manos.
Algunos consejos útiles:
- Elegir en un lugar oscuro o en penumbra para poder definir bien las sombras que hagamos.
- Usar un pantalla. Una tela clara colgada en una soga oculta y da mejor comodidad a los intérpretes.
- Mientras más concentrada esté la luz más defina será la silueta.
- Calentar manos, muñecas y dedos antes de realizar figuras siempre nos ayudará a realizarlas con mayor soltura.