Más caras (diversidad de rostros)
El uso de máscaras en los pueblos originarios solía ser de uso funerario o ceremonial. Era una forma de comunicarse con los ancestros, que eran considerados portadores de fertilidad y bienestar.
También en estos ritos se alimentan los vínculos entre los integrantes del pueblo y su entorno, la gran biodiversidad que es la naturaleza, el universo, la pachamama… de la que en realidad, todos y todas somos parte. Hoy nos cuesta un poco sentir esta unión, pero en aquellos tiempos no había dudas que el ser humano, animales, plantas, estrellas, eran Uno.
Las máscaras funerarias fueron encontradas en diversos materiales. Algunas denotaban muy bien las jerarquías sociales de un pueblo. Por ejemplo en la actual zona de Catamarca y La Rioja de nuestro país, en las culturas de La Isla y Alfarcito, a los personajes de gran importancia los enterraban con máscaras de oro, además de otros cuantos ajuares.
También de ritualidad funeraria, en la cultura Condorhuasi, se encontraron de piedra pulida, con excelentes logros de abstracción de rostros antropomorfos.
En relación al uso de máscaras ceremoniales, una de las más conocidas, es la fiesta del Arete (El verdadero Tiempo), celebración Chiriguano – Chané, que comenzaba cuando en el cielo nocturno se podía observar en su cenit a la constelación de las Pléyades y se producía la maduración del abati (maíz), para la fabricación de la bebida ceremonial chicha.
Si bien, luego de la presencia blanco cristiana, la fiesta fue transferida en el tiempo para que coincidiera con el carnaval de origen europeo, este pueblo ha mantenido las tradiciones de fabricación y empleo de las máscaras. Su uso es de exclusividad de los hombres. La confección se realiza en secreto, y son de madera, talladas con hacha y machete. Las hay de rostros humanos y de animales. Las representaciones más tradicionales de animales son: tucán, perro, venado, chancho del monte, jaguar, puma y mono.
Los Mapuches utilizaban, y sigue vigente, una máscara ceremonial llamada Kollong, confeccionada en madera, también en cuero y combinación con crines de caballo. Se usa en cada ceremonia o festividad dónde aparece la machi (*), la máscara le pertenece a ella pero quienes la usan son los curriches. Son quienes le abren paso, despejan el camino, la siguen, la acompañan y representan personajes burlescos, que con gestos y acciones mantienen el orden de la ceremonia. Cuando la machi entra en trance, tratan de mantener el equilibrio de las energías de las personas asistentes.
Otras máscaras para no olvidar son las de la cultura Shelk´nam de Tierra del Fuego, que usaban en la ceremonia del Hain, hechas de madera y/o cuero de guanaco. Cada máscara, junto al pintado de los cuerpos, representaba a un espíritu y quien la portaba debía imaginar y actuar sus actitudes y movimientos particulares.
El uso de la máscara permite experimentarnos en múltiples rostros, representar diferentes aspectos físicos y emocionales, intensificar cualidades propias o ajenas, ser por un rato otra persona o animal. Es que en este espacio umbral, suceden encuentros entre antepasados y seres míticos.
Actualmente en Programa AbRiGo, estamos produciendo nuestro tercer corto de animación, resignificando el repertorio iconográfico prehispánico, que venimos estudiando y organizando en una base de datos relacional (a la cual denominamos Pachamama). En este corto abordamos la comunión entre los hombres y mujeres con los animales, y parte de esto sucede en una gran celebración, a través de la música, el baile y el uso de máscaras.
(*) En la cultura mapuche se denomina la Machi a la persona que es la guía espiritual de su pueblo, es poseedora de gran sabiduría y poder curativo. También es considerada el vínculo principal entre el mundo sobrenatural y el mundo real.
Alberto Rex González y José Perez – Argentina indígena, vísperas de la conquista, editorial Paidós Guillermo Magrassi – Artesanía indígena argentina Chiriguano-Chané, editoriales Búsqueda-Yuchán MUSEF (Museo Nacional de Etnografía y Folclore), Bolivia. www.pueblosoriginarios.com Museo arqueológico Condor Huasi, Belén, provincia de Catamarca, Argentina Museo de historia natural de Valparaíso, Chile.