Máscara-Lúdica
¿Cuál es esa magia que nos lleva a querer jugar cuando usamos máscaras?
Utilizarla significa ponerse en la piel de otra persona, animal o cosa. Jugar a ser otro significa pensar cómo se comportaría, cómo actuaría en esa situación.
La máscara es el gesto forzado de un rostro y sólo con un proceso interno podemos interpretar su expresión. Con ella se trabajan cualidades y se componen personajes. Desde la época de los griegos se utilizan para interpretar las tragedias clásicas, se vive el carnaval y jugamos en el mundo de payasos y mimos. También con ella el teatro antropológico hunde sus manos en la historia de los pueblos, sus celebraciones, rituales y ceremonias.
Junto al Renacimiento las máscaras empezaron a crecer en popularidad y utilizarse en obras callejeras. En estas se fueron reuniendo mimos, clowns, acróbatas, bailarines y demás intérpretes del teatro popular. Así surgió en Italia cerca del siglo XVI un estilo, que para muchos, es fuente de inspiración hasta el día de hoy: ”La Commedia Dell ‘arte” o “La Comedia del arte”. Inspirados en el carnaval veneciano, tanto hombre y mujeres podían participar de las representaciones, a diferencia del teatro clásico. Los personajes representaban distintos sectores sociales, en obras cómicas e improvisadas en las plazas de toda Europa. El Arlequín, el Pierrot, el Capitán, el Doctor y la Colombina entre muchos otros personajes populares son verdaderos estudios de pantomima. Cada uno caracterizado por una media máscara que les permitía hablar, llevan a un juego limitado del cuerpo, que se manifiesta en actitudes remarcables. Su imagen y características físicas, la partitura del movimiento de cada uno, sus formas de caminar, de expresar miedo o alegría, todo eso envuelve una medida sinfónica de limpieza y expresión corporal.
A lo largo de su desarrollo en la comedia del arte sus personajes se fueron transformando y sumando nuevas máscaras. Por ejemplo el Arlequín usa máscara negra con la nariz grande, chata y un enorme lunar rojo en la frente. Siempre con hambre es un personaje que no sabe mucho, pero a la vez es muy astuto para lograr lo que se propone. Se mueve acrobáticamente inspirado en animales como gatos o monos. Su traje está lleno de parches como rombos coloridos.
Otro es el Doctor, su máscara cubre frente, las cejas y toda la nariz. Como burla a las personas estudiosas siempre tiene algo para decir con extensos diálogos en lenguaje técnico científico, creando confusión con cosas simples, sin ayudar en nada. Su movimiento se inspira en los cerdos y mueve mucho las manos al exclamas sus palabras.
El estudio de la comedia del arte nos enseña que no se puede actuar debajo de una máscara como en la vida. Es necesario sostenerla por fuera de lo cotidiano, hay que actuar, inventar una vida que no ha sido jamás mostrada. La máscara es un instrumento de la búsqueda del actor. Despierta los instintos más sutiles del artista pues oculta a la vez que expone. El cuerpo se transforma en un instrumento vulnerable a los estímulos conceptuales, empujando al actor en el terreno de la libertad.
En la actualidad todos tenemos una máscara a mano. El cubre bocas puede ser una que sirva para experimentar y encontrar nuevas formas de expresar cómo me siento y como me gustaría sentirme. La máscara no sólo un objeto. Es también un dispositivo para expulsar a la personalidad fuera del cuerpo y permitir que un espíritu tome posesión de él.
“Las múltiples caras del actor”. Cristina Moreira
“La Commedia Dell ́arte” Cristina Moreira
“Los juegos teatrales del Clown” Jesús Jara